La regla de los tercios

La regla de los tercios es una directriz que se aplica en el proceso de creación y composición de una imagen, con el fin de hacer fotografías bien equilibradas. Por lo general, es uno de los primeros principios fotográficos que aprendemos en la escuela. Según esta regla, propone que la foto debe percibirse dividida en nueve partes, dos líneas horizontales y dos verticales distribuidas en espacios iguales.

Los expertos de la técnica, consideran que ubicar al sujeto o los elementos retratados con los puntos que unen de esta cuadrícula impactan y crea más energía e interés visual en el lenguaje de la composición fotográfica. Un ejemplo, se piensa que, si colocamos la línea del horizonte sobre uno de estos tercios, será mucho más atrayente que si esa misma línea la colocáramos dividiendo la imagen a la mitad. A diferencia de algunos fotógrafos inexpertos que piensan que es correcto e importante colocar el tema principal de la foto en el centro.

Para comprender el porqué de las cosas y sus orígenes, investigué sobre la historia de la regla de los tercios y la cual fue escrita por primera vez por John Thomas Smith en 1917, en su libro Remarks on Rural Scenery, aquí hace referencia al pintor Joshua Reynolds sobre el equilibrio en la técnica de la oscuridad y la luz en su pintura, menciona:

“Dos luces iguales nunca deberían aparecer en la misma imagen: una debería ser principal y la otra subordinada, tanto en dimensión como en grado: las partes y gradaciones desiguales dirigen la atención fácilmente de una parte a otra, mientras que partes de igual apariencia lo sostienen suspendido torpemente, como si no pudiera determinar cuál de esas partes debe considerarse como subordinada. Y para darle la máxima fuerza y ​​solidez a su trabajo, una parte de la imagen debe ser lo más clara y lo más oscura posible: estos dos extremos deben armonizarse y reconciliarse entre sí.

De manera análoga a esta “Regla de los tercios”, (si se me permite llamarlo así) he presumido pensar que, al conectar o romper las diversas líneas de una imagen, sería una buena regla hacerlo. en general, por un esquema similar de proporción; por ejemplo, en un diseño de paisaje, para determinar el cielo aproximadamente dos tercios; o bien alrededor de un tercio, de modo que los objetos materiales puedan ocupar los otros dos: De nuevo, dos tercios de un elemento, (como agua) a un tercio de otro elemento (como tierra); y luego ambos juntos para hacer solo un tercio de la imagen, de los cuales los otros dos tercios deberían ir por el cielo y las perspectivas aéreas. Esta regla también se aplicaría al romper un tramo de pared, o cualquier otra continuación de línea demasiado grande que pueda ser necesario romper al cruzarla u ocultarla con algún otro objeto: en resumen, al aplicar esta invención, en general, o En cualquier otro caso, ya sea de luz, sombra, forma o color, he encontrado la proporción de aproximadamente dos tercios a un tercio, o de uno a dos, una proporción mucho mejor y más armoniosa, que la mitad formal precisa, las cuatro quintas partes que se extienden demasiado , y, en resumen, que cualquier otra proporción. Debería pensarme honrado por la opinión de cualquier caballero sobre este punto; pero hasta que esté mejor informado, concluiré que esta proporción general de dos y uno es el medio más pintoresco en todos los casos de ruptura o calificación de líneas rectas y masas y grupos, ya que la línea de Hogarth es la más aceptada”, comentó.

Se puede decir que la regla de los tercios facilita la fotografía, así como Smith argumenta las proporciones de luces y sombras sugiriendo aplicarla por medio de conectar o romper las diversas líneas de una imagen, la regla de los tercios es importante porque nos permite colocar los elementos en puntos clave para equilibrar la imagen de manera más dinámica en el encuadre.

Al aplicar la regla de los tercios, nos permite crear jerarquía visual y comunicar al lector los elementos que consideramos más importantes que otros. Según el fotógrafo David duChemin, en su libro El lenguaje fotográfico menciona que lo podemos conseguir por medio de dos claves, la primera es “colocar los elementos más importantes en los puntos en los que se encuentran los tercios, que son las zonas de la imagen donde de forma natural convergen todas las miradas. La segunda consiste simplemente en saber qué superficie del encuadre debe rellenarse. Si tomamos una fotografía en formato vertical del océano embravecido bajo un cielo nublado que presagia tormenta y colocamos el horizonte en el centro, le estamos indicando al lector que ambos elementos tienen la misma importancia”.

La regla de los tercios es uno de los principios de la fotografía, que funciona muy bien para los nuevos aprendices. Por supuesto, podemos romper con esta regla, siempre y cuando el resultado final sea el correcto. Recuerde, todos fotografiamos, pero para desarrollar la visión con criterio fotográfico se requiere de práctica y estudio.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *