La fotografía contiene un secreto y poder que aún no terminamos de descubrir. Son muchas las personas de distintas profesiones que acaban sumergiéndose en estas aguas tan mágicas, envueltas entre la ciencia y el arte. Para muchos refleja la libertad de expresar, no sólo sus sentimientos o ideas, sino también la verídica personalidad del sujeto retratado. Y hacer esto no es pan comido, es importante encontrar el momento preciso y la naturaleza para que esa imagen evoque emociones y sea poderosa, quedando en la memoria del lector. Y es que la memoria, la realidad y la tecnología confluyen en la creación de una fotografía. Es posible que otros medios no requieran de tantos elementos como la misma fotografía al momento de expresar contenido a través de un lenguaje propio.
Esto me recuerda un artículo que leí en cierta oportunidad por Internet, titulado “El poder de la fotografía: tiempo, mortalidad y memoria”, del diario The Guardian. Reseñaba el significado que representaba la fotografía en la vida de algunos escritores y artistas. Por lo cual le pidieron a estos que escogieran una foto que valoraran y comentaran a su vez sus opiniones y sentimientos al verla. Recuerdo principalmente que la tristeza fue el sentimiento que surgió para uno de ellos al ver la foto que seleccionó de su álbum, pues mencionaba que la mayoría de las personas que estaban ahí retratadas ya habían fallecido. Para algunas personas estas imágenes representan una fuente de nostalgia, por las pérdidas de familiares y amigos. Son fragmentos de la cotidianidad, que se disparan y evocan gran cantidad de recuerdos en nuestra mente. Esas antiguas fotografías que aún conservamos, ya sea en cajas o álbumes son las que debemos tomar como punto de partida en conversaciones en reuniones familiares y comentarlas especialmente con los nuevos miembros del grupo familiar, será como narrar nuestras propias historias, inculcando en ellos y reforzando en otros, los valores familiares, sentido de pertenencia e identidad. Pues la fotografía es parte de nuestro legado.
Las fotografías, por lo tanto, nos permiten compartir y comunicarnos. Va más allá de registrar un momento, habla de nuestra naturaleza humana. Decimos a través de ella nuestra visión personal, lo hermoso de la vida, lo que nos interesa e inquieta, apasiona y nos gusta. Para muchos la fotografía a representado la herramienta fundamental para expresar sus sentimientos o estados de ánimo, ya sea por limitaciones físicas, la fotografía contribuye en el avanzar y enfocarnos en otros momentos dejando a un lado los problemas que nos preocupan. Aprendemos lecciones de vida de otros al ver sus imágenes lo que nos expresa la esperanza de continuar, estos fragmentos de realidad son seleccionados y enmarcados para analizar su significado. Ahora que todos poseemos una “cámara con teléfono”, debemos ser conscientes del poder que esto implica. Esto requiere tolerancia, tenacidad, paciencia, empatía y mucha autocrítica cuando fotografiamos y compartimos las imágenes en redes sociales.
Un notable ejemplo es cuando vemos reflejada la muerte en las imágenes del reportero gráfico Luigi Scotto, sus fotos capturan el intento de golpe de Estado conocido como El Porteñazo (1962), nos trasladamos al momento y nos surgen muchas preguntas. La principal, ¿Cómo logró estas impactantes imágenes y salir victorioso entre la cantidad de muertos que hubo ese día?, ¿Qué aprendemos sobre el mismo fotógrafo?, ¿Por qué ocurrió y qué significa para los venezolanos este hecho? Para Henrique Rondón Nieto, Scotto tenía “Un ojo que captaba expresiones que decían mucho más de lo que cualquier mortal percibía”.
Niños huyendo de un ataque de napalm en Vietnam del Sur (1972), realizada por el fotoperiodista Nick Ut, esta imagen de los niños corriendo aterrorizados de la escena del ataque causó gran conmoción en su momento. La figura de la única niña Kim Phur, desnuda y con graves quemaduras, refleja el sufrimiento y dolor en su rostro. Esta imagen fue ícono de todos los horrores de la guerra, especialmente un símbolo de la de Vietnam. La poderosa influencia que trasmite la fotografía capturada por Nick, contribuyó minimizando para ese entonces, la guerra en Vietnam. No fue tampoco nada fácil para Kim, la niña tuvo que sobrellevar todo el horror que vivió, sin embargo, se reconcilió con la foto, “no puedo cambiar el pasado, pero con amor puedo cambiar el futuro”, comentó.
Estos son unos de tantos ejemplos de cómo la fotografía posee el poder de cambiar el mundo, nuestra percepción cambia cuando documentamos hechos y los sacamos a la luz, mostrando lo que vemos y es importante, porque lo sentimos. Así vemos reflejados nuestros valores y creencias, cuando fotografiamos e influimos en otros a través de la fotografía para hacer cambios significativos y positivos.