Foto: Enio Perdomo

El director de fotografía

El pasado domingo en la noche disfrutamos ver los premios de la academia, mejor conocidos como “Oscar”, esto representa para los amantes del cine, un momento importante, así como también para la cultura humana, pues el cine significa por generaciones una fuente de entretenimiento, ocio, educación y propaganda. Muchos nos preparamos con anticipación para este encuentro; por lo general nos reunimos en familia o entre amistades empáticas del séptimo arte, vemos con anticipación y en la medida de lo posible todas las películas nominadas, preparamos nuestras anotaciones y por supuesto, no pueden faltar el refrigerio o las chucherías esa noche.

Según la investigación “El cine es bueno para usted: los efectos de la asistencia al cine en la ansiedad o depresión autoinformada y la “felicidad”, realizada en el 2005 por Noah Uhrig de la Universidad de Essex, Reino Unido, confirma, que asistir al cine es una actividad de ocio única con propiedades beneficiosas para el bienestar personal. El autor menciona las consecuencias positivas en la salud mental al frecuentar el cine, la cual disminuye los riesgos de mortalidad, pues resulta terapéutica y divertida al mismo tiempo.

Algunos se estarán preguntando qué tiene que ver el cine con la fotografía. Y es que la fotografía es la hermana mayor del cine. Debido a los desarrollados experimentos del siglo XIX para lograr la invención de la fotografía, tenemos cine. Pero esto no fue suficiente, la necesidad de crear movimiento en las imágenes promovió en investigadores buscar la manera en la fotografía que esta fuese simultánea. Por mencionar uno, todos hemos visto y estudiado el trabajo de los fotógrafos e investigadores Eadweard Muybridge y Lelan Stanford, creadores de la cronofotografía, aparato del famoso experimento del caballo corriendo, que posteriormente sirvió de base para el invento del cinematógrafo.

Recordemos la reacción de los espectadores al ver una de las primeras películas realizada por los hermanos Lumière: “Llegada del tren a la estación de La Ciotat” en 1896, aquí el público se levantó de sus sillas aterrorizados y sorprendidos de ser atropellados ante la proyección de una enorme locomotora aproximándose de manera fulminante hasta los límites de la pantalla, sin duda alguna este impacto ante los ojos del público presente debió ser de terror. ¿Se imaginaría usted ahí, en ese momento? Me hubiera gustado mucho ver las caras de asombro y felicidad de los Lumière por crear este efecto compositivo, donde la profundidad de campo fue uno de los elementos claves en la película.

Los avances tecnológicos juegan un papel muy importante y favorecedor en este campo. En la actualidad, crear una película no sería tan complicado como antes, ni mucho menos tan sencillo como lo describen los actores de comedia Will Ferrell y Julia Louis-Dreyfus, quienes este domingo, durante transmisión en el Oscar, exactamente en la presentación de los nominados a dirección de fotografía, comentaron que el director de fotografía, “es el tipo que no sólo hace la comida al equipo de rodaje, sino que te toca la puerta para avisarte de que ya es la hora de ir al set donde hacemos la magia. Y es que el director de fotografía y sólo el director de fotografía es quien te espera en el carrito de golf para llevarte al set”, bromearon los actores.  

Dejando a un lado el juego, el trabajo que realiza el director de fotografía está por encima del mismo director de la película. Para el fotógrafo italo-venezolano Rafael Salvatore, especializado en fotofija, el director de fotografía posee amplios conocimientos, calidad e intensidad de la luz, cámara, sombras, contrastes, sensitometría, formatos de grabación, plena comprensión de calidad, entre otras. 

El reconocido fotógrafo Roger Deakins gana el Oscar a Mejor Fotografía por el film “1917”, una de las películas favoritas de la noche. El proceso de filmación se realizó por medio de largas tomas que aparentan el efecto del plano secuencia, creando para el espectador la impresión de que la película avanza en todo momento, eliminando los grandes planos abiertos, atrapándote desde el inicio de la película, quedas sumergido por completo en la historia. Para lograr este efecto, Deakins utilizó la cámara ARRI Alexa Mini LF, “para conseguir la continuidad de un plano a otro, dije que tendríamos que rodar toda la película con cielo nublado. Como no había iluminación artificial, necesitaba un cielo nublado. Si estás corriendo a través de una trinchera y giras 360°, no puedes poner un reflector”, comentó.

Los invito a profundizar y ver el resto de las películas nominadas a mejor fotografía y por supuesto estudiar la trayectoria que han desempeñado los directores de fotografía de las mismas. Esto es solo una muestra del profesionalismo y la pasión en lo que hacemos.

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