Los concursos de fotografía representan un mundo maravilloso en donde se puede mejorar la práctica, el criterio, divertirse y sobre todo ganar. Debido a que las fotografías serán vistas por un equipo de jueces estrictos, no es aconsejable tomarse una competencia a la ligera, aunque parezca muy sencilla. Existen concursos de fotografías de distintas formas y motivos, los hay desde asignaciones para aficionados, por redes sociales, hasta concursos internacionales, un poco más exigentes para fotógrafos profesionales.
Participar en los concursos de fotografías, amerita una serie de consideraciones fundamentales para alcanzar el premio mayor. Por supuesto, no es aconsejable trabajar a última hora en el portafolio, mantener este organizado y actualizado, puede ayudar a elevar el esfuerzo que constantemente ejercemos y facilitará la selección del material que se desee postular, según las reglas de las competencias. Aunque no lo crean, los concursos de fotografías son toda una ciencia brillante que hay que analizar con anticipación.
En los primeros concursos de fotografía que llegué a participar, me invadía una mezcla de ansiedad y emoción, que en ciertas oportunidades afectaba de forma negativa mi participación, pues pasaba por alto algunos detalles esenciales, como leer con detenimiento y entender las reglas de la competencia. Aun cuando nos parezcan extensos y fastidiosos de leer, las bases de los concursos de las competencias son importantes y es el primordial paso a dar, para realmente comprender los términos y así si participar y cómo hacerlo.
De hecho, conozco a fotógrafos que son muy celosos con su trabajo. Y en ciertas ocasiones, han comentado sobre algunos concursos fotográficos que irrespetan el derecho de autor. Por esta razón, enfatizo que es importante leer las reglas de la competencia. Según cada concurso, se informa en sus estatutos cómo se utilizarán las fotografías, en algunos casos se describe que una vez finalizado el concurso, las imágenes de los no ganadores podrán usarse de la forma que quisiera después de la competencia. Es algo que no agrada mucho a los fotógrafos participantes.
El leer las reglas del concurso, te informa sobre cuántas fotos puedes enviar, el formato en el cual deben estar, el tiempo de finalización de entrega del material, cómo debes identificarlas, el tema, entre otros. Conocer todos estos detalles y seguir sus pasos, te ahorrará perder el tiempo y, sobre todo, ser descalificado por incumplimiento en los mismos. Si bien, todos estos puntos van de la mano, uno obvio e importante es el tema, yo lo ubico en la punta de la pirámide.
En las oportunidades que he participado como juez, he observado numerosas imágenes que no cumplen con el tema, dejando mucho qué pensar en requisitos de cómo se relacionan con el tema. Por supuesto, en la fotografía la creatividad tiene su área, pero el presentar un cuerpo de trabajo hilvanado, con contenido y una historia, permitirá que tu trabajo quede nominado en la competencia. No creo en la suerte, por lo que no recomiendo incluir imágenes de relleno, creo más bien, en el esfuerzo retador que debemos hacer como jueces por seleccionar el mejor trabajo que represente el tema.
Intente destacar, son muchas las imágenes que los jueces deben ver, si la suya es muy parecida a las demás, posiblemente será descartada. Genere una reacción, impacto o señal que muestre que está en el radar entre la multitud. ¿Cómo lograr esto? Seleccione temas mucho más atractivos, indistintamente sea a color o blanco y negro busque que sean interesantes, una llamativa y fuerte composición podría hacer que supere a muchos en la competencia, no se limite, recuerde que las reglas “de composición” están para romperse si es necesario. No sea conformista, no presente un trabajo mediocre, destáquese y evite elementos que puedan distraer a los jueces del objetivo: que usted gane el primer lugar.
Por otra parte, indagar un poco más sobre todo lo que implica el desarrollo del concurso aporta un abanico de ideas para familiarizarse con el trabajo a presentar. Por ejemplo, el organizador del concurso, cada cuánto se presenta la competencia; si es anual o semestral. Ver los trabajos de los antiguos ganadores, no con el fin de copiarlos sino de orientación, podría ofrecer algunas pistas sobre el tipo de fotografías que el jurado le interesa. Los organizadores o patrocinador, es otro dato que es clave tener presente, pues informa sobre el tipo de imagen que están inquiriendo. En algunos concursos de fotografía, dan a conocer el equipo de jueces que lo conforman. Familiarizarse con sus nombres y su trayectoria, aportará una idea del tipo de fotografías que valorarán.
En conclusión, los concursos de fotografía son parte del aprendizaje para aficionados y profesionales de la imagen. Si no ganas, no decaiga, la clave radica en ser constante y profesional. Aproveche todos esos nuevos conocimientos adquiridos para mejorar en futuras competencias. Un premio te espera.