Estamos quietos, nos ha tocado a todos quedarnos en el hogar y resguardarnos de esta pandemia global que está afectando a grandes sectores de la sociedad. Para algunos, la cotidianidad se nos hace algo pesada y rutinaria. De hecho, algunos días siento y experimento que tengo un déjà vu en casa. No quiero exagerar, pero tampoco suavizar la realidad en mi entorno.
Últimamente sucede que despierto y tengo a Bianca, una de mis tres gatas acostada a mi lado, casi todos los días. Bianca me escolta por todos los rincones de la casa. Al levantarme, ella me sigue a la cocina mientras preparo el café, posteriormente el desayuno, el almuerzo y la cena. Igualmente, cuando estoy trabajando, ella está ahí, quieta, pero atenta, esperando que yo realice el siguiente movimiento. Bianca me acompaña todas las mañanas, mientras tomo mi café y reviso y leo las noticias, que nos informan sobre el principal tema global que a todos nos preocupa.
Sin embargo, se preguntarán qué tiene que ver una gata con la cobertura fotográfica periodística. Posiblemente en nada, pero ahora disponemos del tiempo suficiente y más del acostumbrado para cultivar nuestras virtudes y habilidades, sea meditar, pensar, ser creativos, analíticos y, sobre todo, buenos observadores.
Hace poco leí un trabajo escrito por el fotógrafo John Szarkowski, quien fue director de fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Según Szarkowski “el efecto básico de los medios de comunicación modernos en la fotografía ha sido erosionar la independencia creativa y la responsabilidad del fotógrafo que ha trabajado para ello”. Esta frase proviene de un artículo publicado originalmente por el autor en Dot Zero, en 1967. Y lo que me llama poderosamente la atención es la vigencia que tiene ésta en la actualidad. Aquí, Szarkowski habla sobre el papel que desempeña el fotógrafo como productor y editor independiente de su fotografía la cual “era en sí misma una especie de medio de comunicación”.
¿Qué está sucediendo ahora con la fotografía en algunos medios digitales de información?, ¿Está perdiendo su importancia y siendo más reactiva que proactiva? Por lo general y como todos sabemos, la mayoría de las imágenes que se publican y vemos, no reflejan la realidad en su totalidad, es una pequeña fracción del contexto que estamos viviendo. La cobertura fotográfica, ¿podríamos llamar esto cobertura? O, por el contrario, “fotografías significantes”.
De igual manera, así como Bianca está tan presente en mi día a día, como el personaje animado Droopy, de la misma forma están las imágenes que veo constantemente en algunos portales de noticias y redes sociales: la máscara blanca, publicada en todas partes. Este tipo de fotografías es una reposición constante de relleno, que terminan devorándose unas a otras convirtiéndose virales. En estos casos, el propósito principal es provocar más que informar, causar reacciones inmediatas, como la angustia, el miedo, la zozobra, odio y posiblemente ira. Es posible que, el uso reiterativo de ciertas imágenes, podría ser consecuencia de las limitaciones de recursos impuesta por la pandemia a los medios de comunicación.
Por el contrario, respeto y admiro aquellos que han puesto en riesgo sus vidas para llevarnos las historias inéditas, contadas desde otra óptica. Son fotoperiodistas servidores públicos, que fotografían de manera diferente. Utilizan la fotografía como herramienta para investigar qué está sucediendo. Por ejemplo, me encanta cuando muestran en sus reportajes, los rostros de muchos trabajadores y profesionales de las distintas disciplinas, que están luchando y trabajando en distintos turnos. Como espectadores, sentimos empatía y gratitud por lo que hacen, valoramos sus acciones y nos interesamos mucho más por saber quiénes son y por qué hacen lo que están haciendo.
Por supuesto, con la crisis del coronavirus, realizar la cobertura fotográfica no es nada fácil, el distanciamiento social y entablar una conversación para involucrarse con el sujeto ha cambiado dramáticamente. Entonces, ¿Cómo documentar esta experiencia única y global que nos afecta a todos por igual, cómo mostrar la conexión entre nosotros si es necesario mantener la distancia?
Muchos fotoperiodistas en el mundo, se valen responsablemente de los equipos de protección requeridos por las características de COVID-19, por seguridad personal y por miedo a contribuir a la propagación del virus. Otros, optaron por quedarse en casa y han utilizado sus cámaras para autorretratarse y mostrar cómo están llevando su vida de manera creativa, de esta forman buscan una alternativa para que otros puedan relacionarse con lo que ven.
Esta crisis global ha superado fronteras, ha sido una oportunidad de crecimiento profesional y solidaridad entre todos. Desde sus ventanas, lejos unos de otros, cada quien realiza una cobertura fotográfica de su entorno, todas estas imágenes son compartidas por internet y al final terminan formando una narración visual del acontecer mundial.