Es sorprendente y no lo podemos negar, las industrias de teléfonos inteligentes definitivamente están en constante movimiento innovador y son capaces de hacer cosas sorprendentes. No es extraño para nosotros, tener en los dispositivos móviles además de la cámara fotográfica, la radio, GPS y videocámaras, entre otros. Estoy segura también que muchos hemos remplazado las computadoras por nuestros móviles. Al respecto, he conversado con varias personas, especialmente fotógrafos, sobre si éstas últimas tendencias perjudican o benefician al profesional.
Una de las razones por las cuales considero que los teléfonos inteligentes no reemplazarán a las cámaras profesionales, es porque los consumidores de estos buscan la simplicidad, la comodidad de uso y facilidad del mismo. Al adquirir estos productos, la mayoría de las personas están más preocupadas en la duración de la batería, en la memoria de almacenamiento, el tamaño de la pantalla, hasta la selección del color, y no creo que muchos a la hora de comprar piensen o conozcan sobre megapíxeles, sensor, resolución, ISO, apertura. De hecho, las últimas versiones de celulares son tan costosas, que por el valor del mismo puedes terminar adquiriendo una cámara réflex profesional. Es tan atractivo el mundo de accesorios para los amantes de la fotografía de los teléfonos inteligentes, que incluso puedes encontrar una gran variedad de lentes para conectar.
Sin embargo, ¿el tener la última versión de teléfono inteligente y sus derivados accesorios de lentes lo convierte en fotógrafo profesional? Por supuesto que no, además de poseer muchas limitantes, con esto no le enseñan a ser fotógrafo. Pero sí, estoy consciente que muchos jóvenes iniciarán sus clases sobre fotografía con este tipo de celulares y además harán excelentes tomas. Sabemos que cada vez fotografiar se hace más fácil y habitual, ya lo he comentado en varias oportunidades. Pero toma mucho tiempo tener un estilo propio, saber de composición y trasmitir emociones a través de la fotografía.
No obstante, lo más lamentable y preocupante es que muchas personas consideran que esta profesión poco a poco se va convirtiendo en menos importante y a la larga desaparecerá. Así como también de los que hacemos de la fotografía nuestro oficio: somos unos dinosaurios que lentamente moriremos, la tecnología nos arropará y estaremos fuera. Únicamente aquellos con teléfonos inteligentes y que posean conocimientos sobre arte, harán estupendas imágenes y sólo ellos quedaran para defender la fotografía. Suena descabellado, pero así piensan algunos.
Considera Sebastiao Salgado, uno de los fotógrafos más reconocidos y premiados del mundo, que la fotografía está en vía de extinción. «No creo que la fotografía viva más de 20 o 30 años. Vamos a pasar para otra cosa. Fotografía era una memoria, una referencia. Hoy la imagen es un lenguaje. Instagram es otra cosa. Lo que yo hago no es eso. Lo que yo hago es fotografía. Eso es imagen, que es otro concepto», afirmó.
¿Qué podemos hacer para que la fotografía no desaparezca? Lo primero que debemos hacer es pensar y no automatizarla. La creatividad, contenido y narrativa es fundamental, quitarnos de la mente, aquella formula de que por más imagen que se haga y publique, más seguidores tendremos. Considerar que los teléfonos inteligentes modernos son una herramienta que nos facilitan el producto final, no debemos dejar que hagan el trabajo por nosotros. Por otra parte, es conveniente suministrar y promover el acceso de niños y jóvenes a las cámaras, como una alternativa válida y vigente para desarrollar su creatividad y ampliar sus horizontes. No se trata de negar las nuevas tecnologías, sino más bien de asumirlo como la oportunidad de compartir espacios.
¿Contrataríamos a un fotógrafo que utilice un celular moderno para nuestra boda? Posiblemente no, pero se han visto casos. Sin embargo, una pareja del Reino Unido, fue más allá. Contrató a un fotógrafo robot “Eva” para su boda. Según se comenta en ServiceRobots.com “Este robot está diseñado para interactuar con los invitados al evento, puede reconocer las caras de los invitados y preguntarles si les gustaría tomarse una foto. Una vez que aceptan, el robot toma una buena foto y las fotos resultantes se pueden imprimir o compartir de inmediato en las redes sociales a través de la interfaz de Eva”. En ningún momento, se considera reemplazar a los fotógrafos de bodas tradicionales, sino minimizar el estrés que conlleva todo el evento. ¿Qué opinan, está en riesgo la profesión?
Suena paradójico, los teléfonos inteligentes seguirán avanzando e incorporando nuevas y herramientas que a su vez nos faciliten la cotidianidad. Haremos compras por Internet, pero continuaremos visitando las tiendas. Podemos ver películas, pero seguiremos yendo al cine. Con ellos podemos jugar, pero seguiremos jugando juegos de mesa. También leeremos ebook, pero visitaremos librerías para comprar un ejemplar. Haremos fotos con celulares, pero continuaremos usando nuestras cámaras.
Ciertamente es posible que los celulares lleguen a ser tan «inteligentes» que en un momento se puedan lograr estupendas imágenes, pero el oficio, la profesión del fotógrafo se mantendrá por siempre.
No es lo mismo «tomar fotos» que producir imágenes impactantes para publicidad, arquitectura, o de categoría industrial sin tener una preparación previa, conocer la manera de atraer la atención del observador, para lo cual se necesita no solo estudios previos importantes, sino también un equipamiento costoso y de acuerdo a la necesidad a cubrir mediante cada foto, y eso no se consigue con un «teléfono inteligente», no importa lo avanzado que sea.