La autoría femenina en la fotografía ha cambiado considerablemente en los últimos años. Este aspecto notable y masivo lo podemos observar en la participación de la mujer al asumir roles y responsabilidades importantes, en las distintas áreas de la fotografía, tales como: artística, editorial, periodística, documental, publicitaria, de moda, entre otras. Sin embargo, aún falta mucho más por lograr y descubrir.
Según el portal 1854.photography menciona que “A nivel mundial, entre el 70% y el 80% de los estudiantes de fotografía son mujeres; sin embargo, representan solo entre el 13% y el 15% de los fotógrafos profesionales”. ¿Por qué aún existe esa disparidad? Es un asunto que requiere la necesidad de acciones para generar cambios. Parte de ello, es el premio “Mujer en foco” creado por el lugar antes mencionado, el cual fue pensado para afrontar la desigualdad de género en la industria fotográfica, con el objetivo enfatizar y ofrecer un espacio al trabajo de grandes mujeres profesionales de la lente.
«La fotografía es ideal para las mujeres como profesión, porque me parece que las mujeres son más rápidas y más adaptables que los hombres. Y creo que tienen una intuición que les ayuda a comprender personalidades más rápidamente que los hombres»
Lee Miller
A comparación de otras representaciones artísticas, la fotografía es un medio relativamente joven en donde las mujeres han sido parte activa desde sus inicios, demostrando así sus extraordinarias destrezas y aportes. Quizás, desde un principio las mujeres estuvieron bajo el anonimato, en colaboración o siendo musas de reconocidos fotógrafos, algo que no parecía importarles mucho, pero con el tiempo hemos leído que desempeñaron un papel significativo trabajando al lado de los pioneros.
Por otra parte, cuando surge el tema de los roles como problema de desigualdad de género, el trabajo de fotógrafas precursoras comienza a tomar protagonismo, como contribución en la comprensión de los problemas colectivos, que implicaba los derechos y desafíos de las mujeres en la industria fotográfica. Desde entonces, son infinitos los ejemplos que pudiera mencionar de mujeres, que, de alguna u otra forma, aportaron considerablemente a la fotografía tal como la conocemos en la actualidad.
Recordemos el trabajo de Constance Talbot, considerada la primera mujer en tomar una fotografía y esposa del pionero de la fotografía Henry Fox Talbot, quien, en 1833, durante su luna de miel en Italia, se da cuenta de que las habilidades artísticas de su esposa eran superiores a las de él. Por otra parte, está el trabajo de Anna Atkins, botánica y fotógrafa inglesa. Fue quien publicó el primer libro con ilustraciones fotográficas. Desde el ámbito profesional, Bertha Beckmann fue la primera mujer fotógrafa en abrir un estudio fotográfico en Leipzig, Alemania en 1843.
Me resulta interesante y visionario el trabajo de la fotógrafa estadounidense Cindy Sherman, al utilizar la fotografía como medio de exploración, en su serie Fotograma sin título, realizadas entre 1977 y 1890, realizó una serie de 69 imágenes en blanco y negro, en donde se disfrazó para representar personajes no reales. Personificó un gran número de roles femeninos estereotipados por los medios de comunicación. Sobre la obra de Cindy, la escritora Antigoni Memou dice: “Muchas teóricas del feminismo percibieron su obra no solo como una parodia de la cultura de masas, sino también como una reflexión crítica sobre la feminidad como construcción cultural. El doble papel de Sherman como fotógrafa y sujeto encajaba a la perfección en los debates feministas sobre cómo, por quién y para quién se construían las imágenes de las mujeres en la esfera pública”.
Los casos mencionados es un trocito de las innumerables fotógrafas que han impactado e inspirado a través de su legado. De hecho, en entrevistas, he conocido de mujeres que han dejado a un lado su primera profesión para dedicarse por completo a la fotografía. En la historia, está el caso de Lee Miller, una de las modelos más cotizada en la década de 1920, deja a un lado la moda y decide exponer su vida al ejercer la fotografía de guerra. Ella pensaba que la fotografía era “ideal para las mujeres como profesión, porque me parece que las mujeres son más rápidas y más adaptables que los hombres. Y creo que tienen una intuición que les ayuda a comprender personalidades más rápidamente que los hombres”.
Te interesará leer un poco más sobre Lee Miller: https://monicapupo.com/de-modelo-a-fotoperiodista-de-guerra/
La labor de las fotógrafas, indistintamente el área en la que se desenvuelvan, no queda sin conocerse pues ha superado fronteras físicas, ideológicas y simbólicas. Muchas de ellas han manifestado, a través de su trabajo, una nueva visión y manera de narrar el mundo moderno: desde la sensibilidad femenina. Es por medio de la fotografía que buscamos la representación de las cosas y la verdad. Por lo tanto, los más altos estándares de reconocimientos deben ser igualmente logrados tanto para las mujeres que para hombres fotógrafos.
Son mujeres ejemplares y luchadoras, que han experimentado en innumerables circunstancias represión, descalificación laboral o difamación, en ocasiones con el comentario “algo tuvo que haber hecho” cuando logra promociones en el trabajo. Estas fotógrafas demuestran el valor y la empatía para competir con sus contrapartes masculinas. Entonces, es la fotografía ¿profesión de hombres? No lo creo. Nunca lo fue y de ningún modo lo será.
Me gusta mucho este articulo, muy interesante y un ejemplo es tu programa de radio en RCR, donde muchas de tus entrevistas han sido a mujeres profesionales de la fotografía.