¿Es el álbum de fotografías patrimonio histórico familiar? Así lo creo. Antes las fotografías familiares eran privadas, solo familiares y amigos podían acceder a ellas. En cambio, en la actualidad son públicas, algunas redes sociales fungen como plataformas de exhibición y almacenamiento de la vida cotidiana familiar. Es increíble pensar que los álbumes de fotos dejaron de existir no hace mucho, la llegada de la fotografía digital y la prontitud de tareas ponen la práctica en desuso.
Según la escritora y teórica Annette Kuhn: “Las fotografías familiares son sobre memoria y recuerdos: es decir, son historias de un pasado, compartido (tanto historias como pasado) por un grupo de personas que en el momento de disfrutar se produce en familia”. Sin embargo, aún existimos personas un poco más nostálgicas que preferimos conservar los recuerdos de forma más tangible y privada, a través del álbum de fotos.
Posiblemente, conocemos a alguien que valore este tipo de documento, que lo estudie y lo conserve. Soy una de ellas. En ocasiones me pregunto: ¿Qué son los álbumes de fotos familiares? ¿Cuál es su narrativa? ¿Cuáles son las emociones que brotan cuando los miramos? ¿Por qué existen los álbumes de fotos familiares, cuál es su legado? ¿Cuándo y de dónde adquirimos esta costumbre de registrar la vida familiar? ¿Por qué son tan importantes para la familia que pasan de generación en generación?
Existen personas que los digitalizan con el fin de prevenir cualquier accidente o pérdida total, pues representan algo emocional, la memoria de eventos, costumbres o instantes cotidianos de la familia. A través de la fotografía familiar se puede observar la auto representación de costumbres e ideologías en el grupo.
En estas imágenes, ricas en historia y sentimientos, se puede explorar desde el contexto interno: núcleo familiar, o desde la perspectiva externa. Son las tomas que nos recrean la moda de la época, ya sea la forma de vestir, peinados, modelos de carros, letreros publicitarios, locaciones, entre otras. Como dice el artista francés Christian Boltanski: “Todos se reconocen en el álbum de fotos”.
Una costumbre importante en la documentación que tenían mi abuela y mi padre, al momento de guardar las imágenes (impresas), era encontrar notas escritas a mano en el reverso de las fotografías y, en ocasiones, también en las páginas del álbum. Esto, por supuesto, ayudaba mucho en ubicar las fechas de las tomas e identificar a los sujetos retratados. Más allá del sentimiento nostálgico que nos produce, los álbumes de fotos familiares nos ofrecen una visión sobre la condición humana, de conocimiento sociológico. Además, el álbum familiar nos ayuda a entender y reconciliarnos con la vida y con nosotros mismos.
De modo similar, ver los álbumes de fotos familiares puede generar distintos tipos de reacción, desde agradables recuerdos o momentos emocionales difíciles por los que haya pasado el espectador. Con total propiedad Cindy Sherman lo comentaba: “Quiero esa sensación de ahogo en tu garganta que quizás proviene de la desesperación o del sentimiento con los ojos llorosos: transmitir emociones intangibles”. Los álbumes de fotos familiares son libros que se crean, conversan, comparten, regalan, ríen y lloran, eliminan y olvidan. ¿Es la manera simbólica de organizar la vida?
Ahora, ¿Se pueden juzgar los álbumes de fotos familiares por su portada? Posiblemente, pero al igual que su contenido: las imágenes, estos libros eran extraordinarias obras de arte. Se encontraban de distintos tamaños y formas. De hecho, pude observar en un mercado de pulgas, algunos ejemplares únicos en hechuras, muy artesanales.
A raíz de la desintegración familiar producto de la migración venezolana, mi gusto por la fotografía y el hecho de haber heredado los álbumes de fotos familiares, emprendí el proyecto personal: “Familia Tendida”. Iniciado en el año 2020, en el cual intervengo fotografías del álbum de familia con la técnica del puntillismo, esta simboliza el hilvanar los lazos familiares. Desde un comienzo me permitió explorar mi yo interior y las relaciones humanas enfocadas en mis vivencias asociadas a las circunstancias del presente contexto.
“Familia tendida” está colgada literalmente en un gancho enorme que fabriqué. Así como colgamos la ropa cuando la lavamos para que se seque, de igual manera mi trabajo está tendido como metáfora de la esperanza de unión que habita en mi interior, es un deseo del cual estoy segura de que comparto con muchas familias venezolanas.
Sin el álbum de fotos familiar no podría encontrar esa identidad y sentido de pertenencia que me une a mi familia. Esta manera de documentar lo doméstico está desapareciendo y las generaciones sucesivas requieren de él. Mi consejo, valorar cada imagen que integra los álbumes familiares como estructura de afecto, sentimiento y recuerdo en nuestra mente y corazón. Es increíble el poder terapéutico que poseen.