Hace pocos días estuve conversando con un joven fotógrafo sobre su trabajo fotográfico, una nueva generación de fotógrafos emergentes. Él, con tendencia hacia la fotografía de calle, le interesa capturar a las personas en sus entornos de manera desprevenida y congelar los momentos puros de la vida cotidiana. La conversa se extendió y concluimos que, gran parte de sus fotografías expresaban la realidad y profundizaba en la condición humana.
De hecho, el objetivo principal de la fotografía humanista es mostrar lo humano, la belleza en los pequeños detalles, haciendo énfasis en la condición humana y colocando a las personas en primer plano. Las fotos con esta tendencia retratan con exactitud a las personas como viven, la espontaneidad y hechos tal cual como suceden, busca capturar en su máxima expresión las emociones de los sujetos fotografiados. La fotografía humanista utiliza recursos artístico-poéticos como lenguaje, para llegar a trascender en el contexto de los personajes fotografiados.
El fotoperiodismo se relaciona con la fotografía humanista, no obstante, en el primer caso, su objetivo principal se fundamenta en la necesidad de informar. Mientras que la fotografía humanista, captura las emociones y los individuos en su vida cotidiana. Movimiento fundamentalmente francés, los orígenes de la fotografía humanista aparecen como tendencia posterior a la Segunda Guerra Mundial, por lo que están muy relacionadas con la fotografía de guerra y fotoperiodística.
Unos de los fotógrafos pioneros y referencia en este estilo es Robert Doisneau, con su fotografía Le baiser de l’Hotel de Ville (1950), foto que muestra a dos amantes besándose en medio de la calle. Esta hermosa fotografía que emana poesía, impulsó esta corriente internacionalmente y dio la vuelta al mundo, tuvo mucha difusión cuando la publican en la portada en la revista Life. Doisneau fue uno de los fotógrafos que gozó y se dio el gusto de fotografiar lo cotidiano, no tenía intención alguna documentar metódicamente la vida parisina, “Si me hubiera abrogado tal misión habría recogido millones de imágenes metódicamente, pero me habrían costado incontables días sin placer. No, mi conducta carecía de toda premeditación”, comentó.
Por supuesto, son muchos los fotógrafos consagrados que se destacaron en este movimiento humanista, algunos de ellos son: Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Dorothea Lange, Eugene Smith, Diane Arbus, Helen Levitt, André Kertész, Brassaï, Paul Strand, Rui Palha, Manuel Rivera Ortiz, Sebastião Salgado, entre otros.
Tan vigente es este movimiento, como las siguientes palabras de Henri Cartier-Bresson sobre la fotografía humanista, “el objeto de la foto es el hombre, el hombre y su vida, que es tan corta, tan frágil, tan amenazada”. Estas palabras del autor del denominado momento decisivo, Cartier-Bresson, no han perdido su importancia y significado, pudiéramos aplicarlas en la actualidad, pues, así como en el pasado, la fotografía humanista busca el retrato de la humanidad, reflejar la condición de las personas en cualquier situación, las pequeñas alegrías y tristezas de la vida, fuera de su contexto histórico, con el objeto de provocar emoción al espectador.
Los amantes de la fotografía humanista, se ven inclinados a trabajar sus fotografías en blanco y negro, pues, consideran que enriquece más en el detalle, estimula en las emociones y el dramatismo. En este sentido, la fotografía humanista posee un sinfín de temas con los cuales se puede abordar desde distintos lenguajes. Es así como, nuestros antecesores documentaron la cotidianidad de los civiles durante los tiempos de guerra, la familia, la niñez, los trabajadores, la educación, etc. De la misma manera que en otros estilos fotográficos, utilizar en la fotografía humanista un buen encuadre donde la luz sea la fuente que enmarque las figuras de los personajes, provocará la emoción en el ojo humano para observa e interpretar la experiencia humana.
Con su Rolleiflex, Doisneau realizó encargos de periódicos y revistas. Y la foto “El beso” fue uno de estos, la historia detrás de esta imagen fue comentada por el autor treinta años después de su publicación, confesando que fue una puesta en escena, un momento congelado cuya belleza era únicamente conocida por el autor y los amantes, quienes resultaron ser jóvenes amigos actores contratados para posar. Producto de la fama que posee la fotografía, hasta nuestros días, no es de extrañar que aparecieran personas interesadas en el dinero. Una de ellas fue la misma modelo, quien posteriormente demandó al fotógrafo solicitando parte de las ganancias
Indiscutiblemente, cuando se habla sobre fotografía humanista no se puede dejar de mencionar a la agencia Magnum Photos. Considerada la primera agencia de reporterismo gráfico, fue fundada en el año 1947 por Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, George Rodger y David Seymour. Es referencia en el documentalismo social y la fotografía humanista porque su objetivo era fotografiar la situación mundial, a través de la visión de sus fundadores, quienes estaban enfocados en documental al hombre en el centro de los sucesos y en donde este fuese protagonista.
En conclusión, muchos jóvenes fotógrafos actuales siguen el legado humanista, los pasos de estos valientes fotógrafos nos muestran y dan testimonio de los valores de la sociedad en un contexto mundial.