La arepa es un alimento sencillo de preparar, solo requiere de tres ingredientes; harina de maíz, agua y sal al gusto. Indudablemente, se puede acompañar con diferentes rellenos, hasta comerlas solas. Es impresionante lo ricas que son, además de “resultonas” pues, la podemos consumir a cualquier hora y en cualquier lugar, es un alimento que no falta en la mesa de los hogares, así como de locales de comida rápida y restaurantes más sofisticados.
En su libro Mi cocina a la manera de Caracas, Armando Scannone menciona que “La cocina venezolana no se ha desarrollado bajo la influencia de grandes cocineros o restaurantes, por el contrario, es casera, doméstica, generalmente elaborada por mujeres”. Ejemplo de esto, la arepa, es como un tatuaje en nuestra memoria colectiva caraqueña, nos acompaña de pequeños, desde cuando comenzamos a consumir los alimentos más sólidos.
Recuerdo mis tiempos de colegio, la hora del recreo, mis hermanos y yo esperábamos a mi mamá que nos trajera el desayuno. Por vivir cerca del colegio, mi madre prefería llevar la merienda al comenzar el recreo. Habitualmente, siempre era una arepita, rellenas de jamón o queso rallado, fritas con el huequito en el medio o asadas. Mamá llevaba las arepas guardadas en la bolsa de harina PAN y, cuando se podía, las envolvía en aluminio, papel que después terminaba hecho una pelota, para completar la hora del juego en recreo.
¿Quién no tiene anécdotas relacionadas con la arepa? Yo tengo muchas ¿Qué más rápido que cocinar una arepa? A mi abuela le encantaba comerlas solo con un poco de mantequilla. Me comentó en una oportunidad que, siempre al llegar del trabajo del hospital, se preparaba una arepa bien gordita, no le quitaba la masa y la embadurnaba con mantequilla. ¡Qué rico!
Esto quise imitar más adelante en mi vida. ¿Pueden creer que el primer plato que le preparé a mi esposo, cuando estábamos de novios, fueron arepas? Sí, estaban rellenas y “bañadas en mantequilla”, tal cual hacía mi abuela. Claro, el pobre se las comió, al día siguiente tuvo una fuerte indigestión. Desde entonces, las preparo asadas y él siempre dice “las mejores arepas que he comido son las tuyas”.
Ahora, se estarán preguntando ¿Qué tiene que ver la arepa con la fotografía? Como todo venezolano que migra, lleva en su maleta lo esencial y fundamental para continuar una nueva vida en otras tierras, también trae consigo lo intangible: remembranzas, gustos y gastronomía venezolana, entre otros. En 2014, visité a mi familia en New York, no son venezolanos, pero aman la cocina de mi país. Me pidieron que para la cena cocinara arepas, entonces armé mi menú de arepas para qué degustarán algunos tipos en relación con sus rellenos, recuerdo haber hecho de perico, dominó y, mis dos preferidas: la sifrina y reina pepiada.
En ese momento familiar, pude observar que mis arepas presentaban algo distinto, algo que nunca había observado en toda mi vida haciendo arepas. Aparecían con una carita. Evidentemente, lo fotografié. Como consecuencia, cada vez que preparo mis arepas, dedico más tiempo a la observación que requiere para que no se quemen, a ver si aparece una que otra cara.
Desde entonces, desarrollo la serie fotográfica bajo el título Face-arepa, con una selección de más de 20 fotografías entre las 60 realizadas. Busco en este trabajo mostrar lo inesperado del alimento, indagar el porqué de los rostros un poco abstractos que reflejan terror, alegría y picardía. Sobre lo fortuito, el director de arte Alexey Brodovitch dice “es lo inesperado y la cualidad de sorpresa de una visión personal, más que la emoción, lo que hace que la gente responda a la fotografía”. Quiero que el espectador disfrute como yo lo hago al observar cada una de estas imágenes de mis fotos.
Es divertido e interesante la visión personal de este registro que plasmo en fondo negro, de mis arepas viudas, sin rellenos, su redondez frontal, textura y grietas en el borde. Algo común, cuando aparecen “las caritas” se da solo por un lado de la arepa, aún no tengo la fortuna que aparezcan en ambas caras. ¿Qué propicia que en mis arepas surjan de vez en cuando caritas? No lo sé, quizás sea la forma del budare o mi mano que queda marcada, no estoy en la búsqueda de una señal del más allá. Por ahora disfruto cuando aparecen. Es solo una oportunidad de registro fotográfico en mi vida.
En conclusión, Face-arepa es un tributo a nuestra identidad, a uno de los platos típicos venezolano con el cual hemos crecido, es un proyecto fotográfico en desarrollo ¿Qué te dicen las caras?
Face-Arepa, un regalo para el gusto, la vista y la imaginación.
Muchas gracias estimado Walter Elias 🙂
Estando en casa de mi hermana en Suiza, un chico que venía a revisar algo de la chimenea, entro a la cocina cuando por casualidad ese día yo preparaba un desayuno con arepas, y en perfecto español con dulce acento francés dijo: Arepas! Venezuela! Yo estuve en Caracas! conozco las arepas! (Jejeje!).
Genial! Sin duda nuestras arepas tienen cara (Jejeje!) Muy buenas! Saludos!
Así es Ana, tienen identidad. Agradable anécdota.
Excelente serie Mónica. Muy original el encontrar rostros adstractos, surgidos aleatoriamente con expresiones que transmiten diversos estados de ánimos.
Una manera de llevarnos a ver de ahora en adelante, nuestras arepas de una manera distinta, al de saciar nuestro apetito, sino el de buscar desde lo adstracto esas expresiones de rostros tan particulares o únicos.
Así es Julio, gracias. Ya 6 años viendo caritas en mis arepas. 🙂