Admito que originalmente soy una fotógrafa que prefiere los espacios abiertos. Me gustan las opciones que pueden encontrarse en parques, avenidas y algunas edificaciones. Considerar la luz natural y hacer juego con alguna artificial, plasmar movimientos particulares y contar con las perspectivas que ofrecen las grandes distancias, es para mí muy especial. A esto debo sumarle la interacción humana que la fotografía implica, conversar con las personas, intercambiar opiniones con otros fotógrafos cuando vamos en grupo y hasta probar equipos nuevos si los tenemos disponibles.
Pero como a cualquier mortal, me alcanzaron las medidas de prevención ante la pandemia lo que, en primer momento, se tradujo en varias incertidumbres algunas de ellas aún presentes. ¿Cuánto tiempo van a durar las restricciones de movilidad? ¿Y ahora qué haremos los fotógrafos? ¿Puedo fotografiar y a la vez no ser un agente de contagio?
Cada situación de crisis nos ofrece la oportunidad de ver la situación desde diversos puntos de vista, algunos negativos, otros indiferentes y otros con optimismo y creatividad. En lo particular pienso que podemos encontrar opciones para desarrollar esas actividades que nos apasionan, con una mezcla de innovación e imaginación.
Cuando el tiempo que debo pasar en el hogar se multiplica y mis “espacios preferidos” están restringidos, los sentidos se hacen más sensibles, quiero decir que visualmente haces un inventario de lo que sí puedes fotografiar. Es como descubrir objetos, situaciones y personas que había pasado por alto a pesar de que estaban allí.
Esto me ha permitido realizar fotografías a edificaciones cercanas, desde diversas perspectivas y a diferentes horarios. Por ejemplo, desde mi ventana puedo observar como la cúpula de una iglesia, adquiere diversas tonalidades de color dependiendo de la hora del día, los rayos del sol y las nubes que en oportunidades la rodean. Un par de edificios vecinos presentan rejas y ventanas con particulares diseños que permiten hacer composiciones donde las líneas conforman triángulos, hexágonos y otras figuras geométricas en perspectiva.
Las actividades humanas también pasan a ser protagonistas. El ciudadano que barre la entrada de su casa, la persona que cambia una llanta de su vehículo, quienes conversan mientras hacían la cola para adquirir gasolina, las formas que hacen ropas cuando se mecen al viento en un tendedero y el colorido camión con su oferta de verduras y frutas, han pasado por la lente de mi cámara.
Sabemos que la naturaleza en general está recibiendo un respiro, ya que se ha visto de alguna forma beneficiada por la disminución de las actividades humanas. En esto, las ciudades no son excepción. Aprovecho la abundancia de aves que cruzan el cielo, se posan en bandadas sobre los árboles cercanos, hacen cada vez más nidos en las alturas de los edificios y hasta, como las guacamayas, en horas determinadas vienen a balcones y ventanas a buscar alimentos. Todas esas actividades he podido fotografiarlas y me he planteado el reto de identificar las aves para conocer más de sus hábitos y entender mejor su comportamiento. Capítulo aparte nuestro cerro el Ávila sobre el que he incrementado las ya antes fotos realizadas.
Pero no sólo hablamos de los animales en el exterior. Tengo tres gatas quienes han pasado a ser protagonistas de una serie, donde los felinos, en blanco y negro o color, han sido plasmados entre sombras, saltando, durmiendo o jugando. Admito que la fotografía me ha permitido descubrir nuevas facetas y comportamientos de mis fieles compañeras. Las mariposas que llegan hasta mis plantas, las hormigas, las flores, raíces, tallos y troncos nos premian con extraordinarias formas cuando tenemos la paciencia de hacer esperar y buscar los detalles.
Los objetos de uso cotidiano también pueden ser motivo de fotografías donde los filtros, lentes y aplicaciones nos permiten obtener imágenes maravillosas. Los colores del fuego de la hornilla de la cocina transmiten sensaciones diferentes, el reflejo sobre el acero inoxidable de la nevera forma una interesante imagen abstracta, el flujo de agua de una ducha no sólo es movimiento sino frescura, los espejos permiten realizar autorretratos y los álbumes de fotos familiares han sido fotografiados tanto para disponer de ellos en formato digital, como para compartirlos con los más cercanos y evocar recuerdos.
Como fotógrafa estoy logrando identificar oportunidades y obtener lo mejor de esta situación actual. No me he resignado en absoluto ya que estoy segura de que vendrán tiempos mejores para todos. Pero mientras tanto, disfruto de lo que me rodea y hago una vez más de la fotografía una alternativa para crear y dejar evidencia para un futuro, que, a pesar de las adversidades, la creatividad y el arte están aquí para ayudarnos a ser mejores personas.