La muestra, que estará disponible hasta la primera semana de septiembre del presente año, está compuesta por fotografías realizadas en Maine y Filadelfia, en los Estados Unidos; en República Dominicana; y en Curarigua, Barquisimeto, Maracaibo, Puerto Cabello y Caracas, en Venezuela. También se incluyen libros y catálogos de sus exposiciones, además de una pequeña parte de la colección de arte popular que poseía.
La fotografía es un arte que captura la esencia de la realidad y la transforma en una expresión personal. Así lo demuestra la obra de José Sigala, un artista venezolano que exploró diversos temas y lugares con su lente, dejando un legado de imágenes que reflejan su visión del mundo.
El pasado 27 de mayo se inauguró en el Gabinete del Dibujo y de la Estampa de Valencia, en alianza con la Fundación Fototeca de Barquisimeto, la exposición “José Sigala, inédito y común”, que reúne una selección de fotografías realizadas por Sigala entre 1963 y 1994. La muestra, curada por Carlos Eduardo López, fundador de la Fototeca de Barquisimeto, presenta objetos, obras conocidas como inéditas del artista, que abarcan desde retratos familiares, paisajes y moda.
El acto de inauguración contó con la presencia de María Cora Páez de Topel, presidenta del Gabinete del Dibujo y de la Estampa, quien destacó la importancia de difundir el trabajo de Sigala como uno de los fotógrafos más relevantes del país. Asimismo, Carlos Eduardo López, curador de la exposición, ofreció un recorrido por la trayectoria y la estética de Sigala, resaltando su inventiva para crear escenarios y su valoración del instante y el encuentro fortuito.
José Sigala: pionero del Premio Nacional de Fotografía
José Alirio Sigala (Barquisimeto 1940- 1995) fue fotógrafo, orfebre y promotor cultural. Realizó registros en Gran Bretaña, Alemania y América. Fue el primer galardonado con el premio nacional de fotografía en 1990. Su obra se caracteriza por una mirada singular y diversa, que capta la arquitectura, la sociedad, la creación, la moda y los modos de la época.
Para el curador de la muestra, desde hace más de cinco años, él y su equipo se han propuesto impulsar la exhibición y el reconocimiento de todo el patrimonio fotográfico del estado Lara. Para ello, han elegido como figura emblemática a José Sigala, un artista larense que dejó una huella imborrable en el campo de la imagen.
–¿Qué criterios usaron para seleccionar las obras de Sigala que querían mostrar?
–En el proceso de investigación y revisión de la obra de Sigala, nos sorprendió una riqueza absolutamente desconocida. Aunque se han realizado tres publicaciones sobre él, muchas de sus obras seguían inéditas y de allí el nombre de la muestra “Sigala inédito y común”. Lo inédito es su conexión con lo popular, con lo interiorano, con su búsqueda familiar constante. Y lo común son sus libros sobre la farándula y la sociedad caraqueña. Todo ello se combina y nos llevó a escoger un grupo de imágenes, que, aunque eran de personajes ya conocidos, mostraban otro perfil.
Esto implicó la revisión completa de todo este archivo, que tiene doscientos treinta mil negativos. De ahí surge esta selección. Muchas de las obras que se exhiben aquí las copió el mismo José Sigala y nunca se habían mostrado. En 1974, hizo un trabajo documental sobre los cabarés en República Dominicana, son obras absolutamente inéditas, constituida por 4 originales copiados por el autor, no de muy buena calidad.
–¿Qué relación hay entre la fotografía y la orfebrería en la obra de Sigala?
–Además de su pasión por la fotografía, Sigala tenía un corazón de creador y orfebre. De hecho, inició en la fotografía para documentar sus trabajos como orfebre, ya que había estudiado esa disciplina y se mantuvo activo en ella por mucho tiempo, participando en varios salones de orfebrería. La muestra empieza con un anillo que simboliza ese vínculo entre ambas artes. También se exhiben una serie de trabajos iniciales que nunca se habían mostrado, donde se aprecia su preocupación como esteta de la fotografía. Realizaba unas sesiones extensísimas de los personajes y las pasaba a copias de contacto, una práctica que para las nuevas generaciones es casi desconocida. Es una forma también de reeducar y retomar el conocimiento de nuestros autores.
Otro aspecto que también tomamos en consideración fue su gran labor como promotor de la fotografía en Venezuela, las múltiples exposiciones que realizó e impulsó, y también la obra editorial. Nos pareció preocupante que, por ejemplo, en los libros que se han hecho, hay pocos rastros del trabajo que hizo a nivel periodístico. Sin embargo, Sigala realizó más de 240 portadas de revistas nacionales e internacionales. Entonces, para nosotros también era un reto documentar todas estas colecciones, mostrar ese perfil de él como promotor de las artes y culturas, y su vinculación con el periodismo que fue bastante estrecha. Solo la ubicación de esas revistas nos llevó entre uno y dos años de trabajo.
–¿Qué impacto esperan tener en las nuevas generaciones con esta exposición de fotografía analógica?
–Para nosotros era un deber hacer reconocer a las nuevas generaciones a un fotógrafo que llevaba 26 años sin mostrar su obra. No solo en el caso de Sigala, sino también de muchos otros premios nacionales. Esto es importante para que las nuevas generaciones accedan a esta obra, porque los educa, los acerca a la historia de la fotografía y los acerca también a cómo se construyen miradas. Aquí estamos hablando de una exposición totalmente analógica, pues todo fue obtenido a partir de pequeños y medianos formatos. Y el trabajo, por ende, era mucho más exigente. Estamos hablando de que, por ejemplo, para una sesión de las hermanas De la Rosa, realizó 40 rollos fotográficos.
–¿Tienen planes de llevar la muestra a otras ciudades?
–Por supuesto, queremos llevar las obras a Caracas, al estado Zulia y a otras regiones, siempre y cuando existan las condiciones adecuadas para su exhibición. Estamos hablando de obras originales, piezas únicas, que requieren de condiciones particulares para su preservación y exhibición. Eso es lo más importante: contar con buenas condiciones.
–¿Qué otras actividades tienen previstas para complementar la muestra?
–Esta exposición trae una serie de actividades que creo que nos van a enriquecer mucho. Vamos a empezar con unas charlas sobre el origen de la colección y cómo se conformó la exposición. Dentro de 15 días, tendremos un foro con un invitado de lujo como lo es Rafael Arráiz Lucca y su esposa Guadalupe Burelli, que fue curadora de la exhibición en la Fundación BOD, que se realizó en 1996.
También vamos a presentar un video sobre la obra de Sigala, con testimonios de amigos de Caracas que están en Madrid, de modelos de Sigala, que cuentan cómo realizaban sus reportajes, y de amigos, artesanos y creadores del estado Lara que, como te comenté antes, Sigala fue un impulsor de su obra. Es un documental que busca acercar al público a la obra del autor a través de diversos testimonios.
Luego también tendremos un foro con los fotógrafos de Valencia y con algunos fotógrafos caraqueños que conocieron y compartieron con Sigala. Es decir, que aproximadamente cada 15 días vamos a tener una actividad diferente. También vamos a presentar un nuevo libro sobre José Sigala, con material absolutamente inédito del autor, escrito por mí.
Sensibilidad expuesta
La exposición ha sido meticulosamente montada por Lizett Álvarez e Illich Rodríguez, quienes han sabido resaltar la sensibilidad presente en cada objeto e imagen. La cuidadosa disposición de las fotografías en el espacio del Gabinete del Dibujo y de la Estampa genera un poderoso diálogo visual entre las obras, brindando al público la oportunidad de sumergirse en el universo visual de Sigala y apreciar la cautivadora narrativa que se despliega ante sus ojos. Estos detalles fueron enfatizados por Álvarez durante la presentación.
–¿Qué importancia tiene la exposición de Sigala inédito y común en el Gabinete del Dibujo y de la Estampa en Valencia?
–La exposición de Sigala tiene una gran importancia por varias razones. En primer lugar, porque cumple con la misión de esta institución museística, que es difundir, estudiar, investigar y promover a los artistas venezolanos. Porque acerca al público de Valencia al gran trabajo que realizó José Sigala, un fotógrafo que había estado olvidado durante mucho tiempo y que forma parte del imaginario colectivo de Venezuela. Que como bien lo dijo Carlos, ha estado solapado durante tanto tiempo.
Además, porque muestra la calidad fotográfica y la diversidad temática de Sigala, que se conecta con lo popular, lo interiorano, la farándula y la sociedad caraqueña. Incluso, nos permite apreciar la técnica fotográfica analógica, que es una forma de reeducar y retomar el conocimiento de nuestros autores.
La exposición “José Sigala, inédito y común” estará abierta al público hasta septiembre en el Gabinete del Dibujo y de la Estampa de Valencia, un museo privado de acceso público que ofrece un espacio cultural y educativo para los habitantes de la ciudad. Se trata de una oportunidad única para apreciar la obra de un artista que plasmó con su cámara la belleza y la complejidad de la realidad.
Legado familiar
Luis Eduardo Sigala Paparella, sobrino de Sigala, relata su experiencia de organizar una exposición sobre los trabajos de su tío, un fotógrafo y escultor que dejó un legado artístico muy valioso. Cuenta cómo fue el proceso de recopilar y estudiar su obra, qué significado tiene para él y su familia, y qué dificultades y alegrías encontró en el camino.
–¿Cuál es el significado de esta muestra para la familia Sigala y qué impacto esperan generar en las nuevas generaciones a través de esta exposición?
–No tengo más que palabras de agradecimiento. Para mí es un motivo de alegría poder exhibir nuevamente los trabajos de mi tío. Hacía muchos años que no se mostraba nada de él y hemos desarrollado este trabajo con pocos recursos. Ha sido un trabajo de ir recopilando cosas durante un periodo de tiempo bastante largo, en el que hemos hecho hallazgos y estudiado un poco más su vida. Lo que pasa es que yo también he estado aprendiendo sobre las cosas que él hizo, porque cuando él falleció yo era muy joven, recién estaba comenzando la universidad. En mi época de infancia, compartí poco tiempo con él porque él viajaba mucho, era un trotamundos.
Entonces, para mí, trabajar con esto, recoger la información, compartir con el curador Carlos López y decirle: «Mira Carlos, conseguí esto, ¿qué te parece este material? ¿Qué te parece esta otra cosa?», es motivo de alegría. Esto me acerca a mi familia de alguna manera, también me permite mostrarles a mis hijos y al resto de la familia las cosas que él hizo. Hubo un espacio de tiempo bastante largo desde la última muestra que se hizo de los trabajos de él y eso hizo que las nuevas generaciones no conocieran su obra.
Así que también creo que es un motivo de satisfacción que las personas que vengan a ver la exposición sepan sobre el trabajo que él hizo en su época productiva. Imagínense, eso fue cuando todo era analógico, no había nada digital, no había cámaras digitales, todavía era todo rollos de 35 mm. Entonces yo creo que eso es muy bonito. Me siento muy agradecido con Carlos López por el trabajo que ha hecho y también con el Gabinete que nos ha permitido hacer la muestra. Valencia nos está abriendo las puertas en ese sentido. En realidad, muy feliz.
–¿Podría proporcionarnos más información sobre el bolso y otros objetos que forma parte de la muestra de José Sigala?
–Ese era el bolso que él utilizaba para llevar su cámara. En realidad, en aquella época no había mochilas, koalas u otras cosas. Y ese era su accesorio para llevar su cámara. De hecho, existen fotografías de él con el bolso y nosotros lo conservamos. Así como conservamos el bolso, también tenemos esas piedras que son de madera de Vera.
Yo siempre le digo a mis hijos que en mi oficina tengo una lente que es muy muy grande, que son de las mismas que utilizan los joyeros o los relojeros para reparar los relojes. Era la que él usaba para ver los contactos y seleccionar las fotografías que él iba a revelar finalmente. Entonces son objetos personales que van quedando y que uno los va guardando con cariño.
De hecho, ayer estaba viendo el catálogo, leyéndolo otra vez. Y me puse a fijarme en una foto y me di cuenta de que en el fondo había un banco y me dije: «uy, yo tengo ese banco». Y yo no me había fijado en ese banco; era de mi tío. Entonces bueno, son cosas que le van dando a uno como una conexión afectiva sobre ello.
Hubo muchos materiales que conseguimos casi casi que querían desechar porque no tenemos dónde guardarlo. Bueno, yo en realidad me he ocupado un poco de eso, de ir buscando entre las cosas viejas que había y que no había. Inclusive, me quedaron una cantidad de algunos productos químicos que él utilizaba para revelar. Pero después le dije a Carlos: «tenemos que ver qué hacer con esto, pero yo quiero conservar estos frascos, por lo menos porque eran unas bellezas de frascos».
–¿Hay algún miembro de la familia Sigala que siga los pasos de José Sigala y esté practicando la fotografía como herencia familiar?
–No, lamentablemente no hay ninguno que haya seguido su camino. Me gusta el arte, soy aficionado a esto si se puede decir. De hecho, yo en mi época de estudiante en la universidad, cuando vivía en Caracas, trabajé en una tienda anticuario que era de Boris Ramírez, que a su vez fue un escultor muy amigo de mi tío. Y me encantaba ese mundo.
Sin embargo, por cuestiones de la vida me dediqué a otras actividades. Yo soy profesor universitario y he estado enfocado en eso. Pero poco a poco hemos logrado ir haciendo cosas. En realidad, en el resto de la familia no ha habido nadie con su genialidad y dones. Nosotros somos cuatro hermanos y el único que queda en el país soy yo. O sea, si no lo hacía yo no quedaba más nadie.
Muy contenta de que en Valencia se esté mostrando tan valioso trabajo . Justo reconocimiento al talento y obra sostenida en el tiempo. Felicitaciones a Carlos Eduardo López y todo el equipo de la exposición y al espacio carabobeño dedicado a enaltecer el arte venezolano .
Muy bueno todo.
Recordar es vivir, como dice el refrán.