Hace poco disfruté ver la película On body on soul. Esta historia comienza con una escena de dos ciervos paseando por un bosque durante la temporada de invierno. Esta pareja de ciervos es libre, viven tranquilos en su ambiente, se comunican y protegen mutuamente. Inmediatamente la serenidad es interrumpida con el siguiente acto. Vemos las patas de otro animal, en este caso se trata de unas vacas en un matadero, todavía se muestran tranquilas, en confinamiento, a punto de morir. Si somos buenos observadores, intuiremos rápidamente el mensaje que hay aquí.
On body on soul, filmada en formato digital, de origen húngaro fue realizada en el año 2017, y que, al pensar en positivo con la cuarentena la he podido ver. Nominada a mejor película de habla no inglesa en los Premios Oscar, galardonada con Oso de oro por mejor película, premio del Cine Europeo a mejor actriz, nominada en los Premios de la Sociedad Americana de Cinematógrafos: Premio Spotlight, entre otros.
El guion y la dirección estuvieron a cargo de la cineasta Ildikó Enyedi, cuenta la historia de dos personas totalmente introvertidas que encuentran el amor de manera muy inusual, en un lugar donde la violencia y la muerte es habitual. Además, cada noche comparten inconscientemente el mismo sueño, de ser unos ciervos vagando en el bosque.
Es María, interpretada por la actriz Alexandra Borbélu y Endre, personificado por Géza Morcsányi. Ambos son nuevos colegas que trabajan en un matadero. María está a cargo del control de calidad. Con una especie de síndrome de Asperger, le resulta difícil relacionarse a primeras con las personas, poco a poco va experimentando cómo funcionan la comunicación, las emociones y las reacciones humanas. Una escena característica, es cuando María, con el fin de encontrar el camino de conectar con otras personas, practica con muñequitos de lego el diálogo que tendrá al día siguiente en el trabajo con Endre, no obstante, no sucedió como ella lo esperaba.
Todo lo contrario, es Endre el director de la planta, un jefe ejemplar, comunicativo y amable, pero con una discapacidad en su brazo izquierdo el cual no tiene movimiento, no sé por qué, no lo dice. Nos muestra lo valiente que es hablar de uno mismo y lo importante que es rectificar al prejuzgar.
On body on soul, la disfruté mucho más por la excelente intensidad tonal en la dirección fotográfica. Aparte de conectar fácilmente con la historia por la formidable actuación de los actores, del mismo modo, la labor del director de fotografía Máté Herbai con las luces te envuelven, por su destacado y significativo aporte, al resaltar los estados de ánimos de ellos y que, nosotros como espectadores pudiéramos percibirlos conscientemente, sino que también reaccionemos inconscientemente.
Una de las responsabilidades del director de fotografía es analizar la estructura de cada secuencia, para destacar los sentimientos y estados de ánimos de los personajes a través de la imagen con el tratamiento de la luz. Estudian las locaciones y sienten la atmósfera de las escenas para poder transformarlos en elementos técnicos. Igualmente, para esta película, los directores Enyedi y Herbai consultaron fuentes y se inspiraron en trabajos de otros para lograr sus objetivos. En este caso, observaron las obras de fotógrafos como Edward Hopper, Vivian Maier y Richard Est. Así como también las fotos de arte callejero de Saul Leiter, quien se destaca por sus imágenes de alto contraste entre la luz y sombra, en primer plano y profundidad de campo.
Muestra de lo antes dicho, es cuando Endre, está sentado en la sala de su casa, frente al televisor con el control en la mano paseándose por los canales. La luz del aparato juguetea en su rostro, como sus pensamientos. Preocupado, apaga el televisor y queda en la oscuridad, cavilando. Una luz cálida, proviene del dormitorio, ilumina su rostro desde el costado. Rápidamente, vuelve a encender el televisor, una luz fría azulada se sobrepone a la luz de la habitación. Para Herbai “esto es esencialmente la luz de nuestra era, nuestra sociedad, el color ligeramente más fresco de las computadoras portátiles, teléfonos y televisores. El contraste entre la luz amarilla más cálida y esta ilustra muy bien su incertidumbre sobre si debería llamar a María o no”.
Como esta película trata sobre la dicotomía entre el cuerpo y el alma, se muestran en varias escenas interesantes y bien logrados efectos de reflejos. Por lo general, las emociones o sentimientos de los personajes principales eran reflejados en planos espejados con el propósito, según Herbai de “fortalecer el sentimiento de esta cualidad de espectro, su translucidez, su transparencia con respecto a la ciudad y al mundo”.
No contaré mucho, y menos el final. Pero On body on soul es una película que recomiendo, especialmente para mis colegas fotógrafos, por su historia original y poética, excelente dirección e impecable fotografía.