Es maravilloso estar aquí y ser mujer. Desde la creación de Eva por Dios, como dice la Biblia, quien fue concebida para acompañar a Adán, habitar y poblar la tierra. A lo largo de la historia, el papel de la mujer ha demostrado ser fundamental en el progreso humano, y, por lo tanto, tiene un lugar importante en la sociedad, en la estabilidad, y desarrollo de naciones. Las mujeres siguen desempeñando una labor única, en particular las madres de familias, quienes preservan en todos los aspectos el cuidado; los valores y principios, la educación, la salud y nutrición de sus hijos, por mencionar algunos.
Tampoco, hay que ser madre para que la mujer provea de cuidados. Seguramente conocerán en su entorno, de historias de señoras únicas que han cuidado, de niños que no son sus hijos, de ancianos y comunidades. De hecho, últimamente todos estamos experimentando situaciones difíciles, y por lo general, son las mujeres las que toman la iniciativa para ayudar al grupo familiar a adaptarse a nuevos desafíos y realidades. Por lo tanto, es ella quien está al frente como vínculo de las mejoras que conducen a la capacidad a largo plazo de la familia y la comunidad.
Nos pintan como supermujeres por estar capacitadas en compartir todas las responsabilidades de la vida. Esto no quiere decir que somos superiores, ni mucho menos, inferiores a los hombres. Tanto el hombre como la mujer han sido comparados como las cuatro patas de una mesa, sin una de ellas deja de ser funcional. Hace poco, alguien me preguntó ¿cómo sería el mundo, las naciones, lideradas solo por mujeres? Con reconocer el trabajo que realizan las madres con sus hijos, esposos y el hogar, estoy segura de que el mundo sería otro. En palabras de Michelle Bachelet: “Cuando las mujeres están empoderadas y pueden reclamar sus derechos y el acceso a la tierra, el liderazgo, las oportunidades y las opciones, las economías crecen, la seguridad alimentaria mejora y las perspectivas mejoran para las generaciones actuales y futuras”.
En el mundo fotográfico, ser mujer es simplemente una ventaja en la fotografía, así lo piensa la fotoperiodista estadounidense Eve Arnold, quien también cree que a los hombres les gusta ser fotografiados por mujeres. Sin duda, ser una mujer fotógrafa tiene sus ventajas, especialmente en algunas áreas o estilos en los que se trabaje. Porque todos venimos de una mujer, posiblemente para algunas personas el trabajo íntimo; desnudos, familiares, de recién nacidos y embarazos le resulte fácil.
En entrevista con fotógrafas, han comentado que para llegarle o relajar a sus fotografiados, una habilidad por naturaleza que utilizan es conversar. Otra destreza, muy importante, es el observar. Las mujeres fotógrafas poseemos ese don tan maravilloso que nos permite capturar cualquier detalle y, mucho más, en terrenos fotoperiodísticos donde la atención a cualquier suceso es clave en temas para documentar. Por supuesto, el género en el cual se trabaje es irrelevante, es un beneficio por el simplemente hecho de ser mujer.
Lamentablemente, aún existe la idea de que la fotografía es trabajo de hombres. No debería existir diferencia entre ambos sexos, todos somos fotógrafos ejerciendo el oficio que nos gusta y con el cual nos ganamos la vida. Poderosas las palabras de Lola Álvarez Bravo: “Yo era la única mujer con una cámara en las calles y todos los reporteros se reían de mí. Así que me convertí en una luchadora”.
La mujer es un ser sagrado, magnífico y único. No tenemos que esperar que sea el “Día de…” para reconocerlo, respetar y amar. En cualquier lugar en el que esté una mujer, aporta mucho más de sus fuerzas para que su entorno gire en armonía para los suyos. Las mujeres literalmente “se quitan el pan de la boca” para dárselo a quién tenga que dárselo. Por ellas, mi admiración y respeto. Concluyo con el pensar de la actriz y coleccionista de fotografías Diane Keaton, sobre las mujeres fotógrafas, “Defienden con firmeza el hecho de ver y un argumento aún más sólido para registrar lo que ves”.