Desde niña siempre estuve involucrada con la fotografía. Recuerdo a mi padre fotografiando cada momento en casa y paseos familiares con su pequeña cámara, una Kodak Signet 35, que aún conservamos. También era costumbre en mí al leer el periódico, fijarme en los créditos fotográficos y me sorprendía que, por lo general eran hombres los que se mencionaban. Luego, trabajando en el medio impreso, la primera fotoperiodista que conocí fue a Morella Scanonne, era la única mujer en el departamento de fotografía. Fue así como me iba haciendo la idea de que esta profesión era para hombres. ¿Pero es realmente la fotografía oficio de hombres?
La mujer ejerce un rol importante en la historia de la fotografía, si bien no tiene intervención directa en su invención, se debe reconocer que acompañaron y trabajaron con los pioneros. Es conocida la colaboración de Constance Talbot (1811-1880), esposa de unos de los fundadores de la fotografía Henry Fox Talbot, ella se involucró en el arte de tal manera que hizo algunas fotografías e impresiones fotográficas. Posiblemente, una de sus contribuciones más sagaces fue la concepción que definitivamente llevó a la composición fotográfica. También se incorporó en la práctica Anna Atkins (1799-1871), botánica inglesa y amiga de la familia Talbot. Juntas participaron en la evolución y adelantos en los primeros métodos fotográficos.
Una de las grandes amantes del retrato y primer monarca británica en documentar su vida en fotos fue la reina Victoria, además de ofrecer su patrocinio a “La Royal Photographic Society” organización líder en la fotografía desde 1853, hizo de la fotografía su pasatiempo convirtiéndolo en práctica popular entre el grupo familiar y las mujeres aristocráticas.
Sería imposible dejar de mencionar un fragmento del artículo «Lo que una mujer puede hacer con una cámara«, publicado por el Ladies ‘Home Journal en 1897. Bajo el subtítulo “fotografía para mujeres” su autora Frances Benjamin Johnston, considerada la primera mujer fotoperiodista, menciona:
“La fotografía como profesión debe atraer especialmente a las mujeres, y en ella hay grandes oportunidades para un negocio bien pagado, pero solo en condiciones bien definidas. Los principales requisitos, como resumí en mi mente después de una larga experiencia y pensamiento, son estos: la mujer que hace rentable la fotografía debe tener, en cuanto a cualidades personales, buen sentido común, paciencia ilimitada para llevarla a través de fracasos interminables, tacto igualmente ilimitado, buen gusto, ojo rápido, talento para el detalle y genio para el trabajo duro. Además, ella necesita capacitación, experiencia, algo de capital y un campo para explotar. Esto puede parecer, a primera vista, una lista espantosa, pero está incompleta en lugar de exagerada; Aunque para una mujer enérgica y ambiciosa, incluso con oportunidades ordinarias, el éxito siempre es posible y difícil”.
No obstante, ya en la actualidad y en un contexto local, es interesante ver como las mujeres venezolanas se han destacado en el gremio y a nivel internacional, desde distintas aristas ya sean fotografías artísticas, documentalistas o fotógrafas de prensa.
Uno de los nombres que destaca al conversar sobre fotografía en Venezuela es María Teresa Boulton, dama pionera en el medio. A finales de los años 70, con Paolo Gasparini crean la Fototeca, lugar de encuentro para los amantes de la fotografía. Su publicación “21 fotógrafas venezolanas”, es una investigación biográfica y fotográfica sobre las fotógrafas: Amalia Caputo, Ana María Yánes, Angela Bonadies, Anabell Guerrero, Ana Luisa Figueredo, Diana López, Bárbara Brandlï, Sandra Bracho, Marisela La Grave, Cristina Rosenberg, Ana María Ferris, Jenny Woodman, Maggy Navarro, Sara Maneiro, Gabriela Gamboa, Teresa Carreño, Lisbeth Salas, Mireya Ferrer, Nayarí Castillo, Susana Arwas y Beatriz Grau.
Recordemos a nuestras mujeres venezolanas Premios Nacionales de Fotografía: Josefina “Fina” Gómez Revenga (1992), considerada pionera en libros fotográficos. Bárbara Brändli (1994), su trabajo estuvo enfocado en la cultura indígena, artesanía y artistas venezolanos. Thea Segall (2003), fue una fotógrafa rumana residenciada en Venezuela y directora del Estudio Fotográfico Thea.
Un ejemplo de la dinámica local es la exposición “Leer la mirada”, inaugurada el pasado jueves 11 de julio en la Galería Cultura Tresy3. Se dan a conocer los trabajos de ocho fotógrafas que en principio diseñaron sus libros de manera artesanal e individuales en ocasión a la exposición, y de donde nace un noveno libro con una selección grupal de sus obras. Son las fotógrafas Astrida Sadde, Elizabeth Schummer, Gabriela Carrera Marquis, Irama Gómez, Martha Viaña Pulido, Isabel Arteaga, Karina Salas Rosario y Sharon Medina Castro.
Como podemos observar la mujer ha sido y sigue siendo protagonista de primer orden en el ámbito fotográfico nacional e internacional.